En ciertas regiones de la tierra, el invierno azota con fortísimas oleadas de vientos húmedos y fríos, por lo cual muchos objetos expuestos a la intemperie se ven severamente afectados por inclemencia del tiempo, principalmente nuestro bote, por ello debemos tomar las medidas necesarias para soportar de la mejor manera esta época y salir airosos.
Antes que nada debes tener claro que tienes que decidir entre dejarlo en el agua o en tierra firme, por ello...
Si tu embarcación no tiene como base de construcción la fibra de vidrio o aluminio, lo más recomendable es que tu nave inverne en tierra y bajo cubierta, pues los botes hechos en hierro, plástico sufrirán demasiado con las aguas frías, al punto de debilitarlos (bajando su tiempo de vida) o incluso dañarlos.
Por el contrario si son con hechos con base de madera te sugerimos que lo mantengas en el agua, de lo contrario, la madera podría agrietarse, rasgarse o romperse. Sin embargo al hacer esto debes debes ser cuidadoso y amarrarlo a un lugar fuerte, firme y guardando una distancia prudencial de otros botes o del puerto, con la madera ‘congelada’, será mucho más susceptible a ceder hasta romperse si es golpeada.
Mantenimiento del bote
A sabiendas de que no surcaras los mares por al menos un par de meses, las labores de mantenimiento se incrementan, pues aunque no lo creas los botes al igual que las personas, al detenerse en una actividad que realizan con concurrencia les hace perder condiciones físicas, por tal motivo el chequeo, mantenimiento e inspección constante juegan un rol fundamental.
Primero: Deberás reparar todo aquello que no se encuentra en condiciones optimas y que por uno u otro motivo no has solucionado aún. En caso de los barcos el frio y la humedad deterioran mucho más rápido sus piezas, por ende no querrás irte dejando una pequeña grieta en una pieza y al regresar encontrar un hoyo que requiera cambio obligatorio.
Segundo: Es altamente recomendable que vacíes los depósitos de combustible y aceite, así evitarás la congelación de los mismo y de sus vías. Si decides ‘no hacerlo’, tendrás que encenderlo a diario por lo menos media hora para lograr mantener caliente el motor y hacer circular sus líquidos.
Tercero: Si se trata de un velero el cuidado es mayor. Lo más recomendable es quitar las velas, limpiarlas con un jabón especial, (secarlas al aire libre) y guardarlas en un lugar seco y cálido, pero no sin antes doblarlas de manera tal que no se creen arrugas o pliegues incorrectos que perjudiquen su correcto funcionamiento.
Cuarto: Asear la nave (limpiar baños, cocina, botar la basura) es muy conveniente para evitar la proliferación de insectos, junto con ello, desconectar la nevera, microondas, televisores y todo artefacto eléctricos para evitar accidentes.
En el mismo orden de ideas, cuidar electricidad de la embarcación, es la elección más apropiada desmonta la batería de cualquier dispositivo electrónico del barco, para eliminar el riesgo de cortocircuitos, incluso cubre los bornes de los mismo con un ungüento de vaselina y grasa para mantener su conservación.
Al seguir estos consejos tan simples, podrás contar con plena certeza de que al volver a ver tu bote en verano, sentirás como si el tiempo nunca hubiese pasado.