Un presupuesto de 110 millones de euros, fue lo necesario para crear uno de los buques más rápidos de la tierra, ‘Francisco’, nombre otorgado (en honor al primer Papa suramericano) a esta maravilla de la tecnología, puede alcanzar una velocidad tope de 58 nudos (109k/h), lo cual lo convierte en un ferry de alta velocidad y el más rápido del planeta al momento de su botadura.
Construido en el 2012 por el astillero Incat, en Tasmania, Francisco pesa de 750 toneladas, al medir 99 metros de eslora, 23.94m de manga y 2.98m de calado, por ello tiene la capacidad de albergar a 24 tripulantes, 1000 pasajeros y 150 automóviles.
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Francisco desde que fue adquirido por Buquebus (meses después de su botadura) se encarga de cubrir la ruta Montevideo - Buenos aires (200km de distancia) en algo más de 2 horas, ofreciendo una alternativa veloz a los usuarios. También es el primer barco en utilizar propulsores a gas natural licuado creados por General Electric (con una potencia de 22 MW, suficiente energía para mover los waterjets de Wärtsilä que mueven el buque), este reduce en un 98% las emisiones de CO2 emitidas por un catamarán de estas dimensiones que funcione con un combustible convencional.
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Otros cuatro generadores Caterpillar C18 de 340 kW se encargan de alimentar los sistemas del buque, mientras que dos generadores C9 de 200 kW generan la energía para los servicios de las turbinas de gas.
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La armadora australiana Incat, junto a los diseñadores de Revolution Design y DNV en noviembre del 2010 iniciaron el proyecto que se trazó construir un catamarán elegante, moderno, resistente, seguro y muy rápido, lo cual conseguirían a la postre. Francisco debió viajar 8.500km desde el continente oceánico hasta Uruguay, lugar donde se le realizaron los trabajos de mejoramiento y decoración.
El ferry cuenta con 4 cubiertas, empezando parte inferior, hallarás el lugar de almacenamientos de autos (capacidad para 150), los cuales ingresas por rampas colocadas en la popa. En la segunda cubierta está la clase ‘económica’, allí se ubica la tienda duty-free de más de mil metros cuadrados. la tercera cubierta le pertenece la clase turista, en ella está la recepción, zona de asientos business y antes de llegar a proa, los asientos de primera clase. Por último, en la cuarta cubierta está ubicado el cuarto de control y gobierno de nave.
Como una curiosidad, este barco cumple con políticas de baja emisión de contaminación, por eso, para reducir las posibilidades de ser portador y propagador de epidemias, se les obliga a todos los usuarios del servicio ‘usar calzado cubierto por fundas de telas’ antes al embarcar, pues han comprobado que haciendo esto se reduce un 60% las posibilidades de esparcir algún virus o bacteria.
La seguridad de los pasajeros se encuentra garantizada, pues se cumple con perfecto funcionamiento de 9 balsas con capacidad para 128 personas, las cuales será guiada por personal capacitado de presentarse algún accidente.
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"No quiero ser un barco anclado sobre un río tormentoso". Miguel Abuelo