Para los amantes y conocedores de los botes y navegación, no es un secreto que “en el mar la vida es más sabrosa”, como tampoco lo es el hecho de que su temible poderío en muchas ocasiones ha llegado a ser mortal para quienes han surcado sus aguas a la deriva y sin conocimientos, por ello es importante saber cómo sortear estos momentos y salir victoriosos al navegar en medio de una tormenta.
Lo primero que un buen navegante debe saber es que “hombre precavido vale por dos y vive más”, por ello debes observar el reporte meteorológico, pues si no hay pronósticos de buen tiempo y no tienes afán de salir ese día, podrías postergar la salida, pero de no ser así, debemos realizar un chequeo cuidadoso y completo a nuestra embarcación, y estar preparados para cualquier imprevisto.
- Chequea la cantidad de combustible que tienes en el tanque; siempre debes contar con la cantidad completa de almacenamiento, sino es el caso, por lo menos suficiente combustible para realizar tu recorrido y volver dos veces, eso te dará un buen margen, por si sucede un hecho terrible y pierdes el rumbo original.
- Corrobora que los instrumentos de navegación y comunicación estén funcionando de forma correcta; carga a totalidad los instrumentos que trabajen con baterías.
- Revisa el casco de la nave, busca abolladuras, grietas, golpes, raspones o cualquier anormalidad que pueda colocar en riesgo tu travesía.
- Lleva agua potable en doble ración (triple si es posible) de lo que tu tripulación y navegación demandan.
- Lleva contigo la caja de herramientas en orden, botiquín de primero auxilios, mapas, brújulas y cualquier otro instrumento de navegación.
Si tu barco es pequeño, el riesgo es mucho mayor durante una tormenta, ya que pudrías ser volteado por una ola o por el viento (sotavento).
Si estamos retirados de la costa y aparece una tormenta, debes tomar una decisión de forma calmada y rápida, para ello debes analizar varios factores primero (condición del mar, tipo de barco y dirección que lleva, habilidad y experiencia de los tripulantes, dirección del viento y distancia a tierra firme).
Al tener estudiado estos parámetros, hay un punto de inflexión que podría marcar diferencia entre la victoria y el fracaso ¿corre o capear la tormenta?; si esta es muy fuerte y tu barco es pequeño, debes buscar tierra, pero sólo como referencia, ya que si te acercas mucho podrías encallar o ser volteado por el viento u oleaje, de no tener tierra a la vista ubícala con ayuda de tu brújula y mapa, acércate poco a poco, sino navega a fondo, así evitarás golpes o choques.
Esperarla por la proa o capear es una de las técnicas implementadas para sortear una tormenta. En el capeo a vela o motor, el barco cortará el oleaje con la proa, y de esa forma evitará recibir embestidas fuertes, ya que no debemos romper contra las olas, sino lidiar, para mantenernos en el mismo punto o avanzar hacia el punto contrario de donde provienen las olas.
Correr el temporal es la otra alternativa, es la maniobra segura, ya que no desafiamos la naturaleza, “le seguimos la corriente”. Se necesita navegar a una velocidad media (no rápida, no lenta), así seremos impulsados por el oleaje y la brisa recibiendo esta energía por la popa.
- La corrida libre se realiza al pasar la tormenta a una velocidad constante y sin frenos. Esta maniobra dará mayor control a timonel y pueda situar en todo momento la popa con el contacto de las olas.
- La corrida con estachas consiste en largar algunos cabos de 30 a 50 metros, con la opción de tener elementos pesados en la popa, pero con intervalos de frenos que disminuyen la velocidad. Esta técnica se recomienda en espacios amplios (mar abierto).
“No combatas la tormenta. Solo atraviésala”. Anxo Pérez